martes, 14 de mayo de 2013

Comentario al lamento de Nemoroso



Garcilaso de la Vega fragmento de la Égloga I
Nemoroso
Cual suele el ruiseñor con triste canto
quejarse, entre las hojas escondido,
del duro labrador que cautamente
le despojó su caro y dulce nido
de los tiernos hijuelos entretanto
que del amado ramo estaba ausente,
y aquel dolor que siente,
con diferencia tanta
por la dulce garganta
despide que a su canto el aire suena,
y la callada noche no refrena
su lamentable oficio y sus querellas,
trayendo de su pena
el cielo por testigo y las estrellas:
desta manera suelto yo la rienda
a mi dolor y ansí me quejo en vano
de la dureza de la muerte airada;
ella en mi corazón metió la mano
y d’allí me llevó mi dulce prenda,
que aquel era su nido y su morada.
¡Ay, muerte arrebatada,
por ti mestoy quejando
al cielo y enojando
con importuno llanto al mundo todo!
El desigual dolor no sufre modo;
no me podrán quitar el dolorido
sentir si ya del todo
primero no me quitan el sentido.



LOCALIZACIÓN:
Es un fragmento de une égloga de Garcilaso de la Vega.(Toledo, 1501?-Niza, 1536) Poeta castellano. Perteneciente a una noble familia castellana, participó ya desde muy joven en las intrigas políticas de Castilla. En 1510 ingresó en la corte del emperador Carlos I y tomó parte en numerosas batallas militares y políticas. Participó en la expedición a Rodas (1522) junto con Boscán y en 1523 fue nombrado caballero de Santiago. En 1530 se desplazó con Carlos I a Bolonia, donde éste fue coronado. Permaneció allí un año, hasta que, debido a una cuestión personal mantenida en secreto, fue desterrado a la isla de Schut, en el Danubio, y después a Nápoles, donde residió a partir de entonces. Herido de muerte en combate, durante el asalto de la fortaleza de Muy, en Provenza, fue trasladado a Niza, donde murió. Su escasa obra conservada, escrita entre 1526 y 1535, fue publicada póstumamente junto con la de Boscán, en Barcelona, bajo el título de Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega (1543), libro que inauguró el Renacimiento literario en las letras hispánicas. Sin embargo, es probable que antes hubiera escrito poesía de corte tradicional, y que fuese ya un poeta conocido. Garcilaso se sumó rápidamente a la propuesta de su amigo Juan Boscán de adaptar el endecasílabo italiano a la métrica castellana, tarea que llevó a cabo con mejores resultados, puesto que adoptó un castellano más apto para la acentuación italiana y la expresión de los nuevos contenidos poéticos, de tono neoplatónico, propios de la poética italiana renacentista. Muchas de sus composiciones reflejan la pasión de Garcilaso por la dama portuguesa Isabel Freyre, a quien el poeta conoció en la corte en 1526 y cuya muerte, en 1533, le afectó profundamente. Los 40 sonetos y las 3 églogas que escribió se mueven dentro del dilema entre la pasión y la razón que caracteriza la poesía petrarquista y en ellos el autor recurre, como el mismo Petrarca, al paisaje natural como correlato de sus sentimientos,. Escribió también cinco canciones, dos elegías, una elegía a Boscán y tres odas latinas, inspiradas en la poesía horaciana y virgiliana.
MÉTRICA
Por lo que se refiere a la métrica, como toda la composición, este segmento está escrito en dos estancias, es decir, series indefinidas
de versos de siete y de 11 sílabas, combinados a gusto del poeta, con rima consonante, con la condición de que todas las estrofas (o “estancias”) en las que divida su poema, deben tener el mismo esquema métrico.
ANÁLISIS DEL CONTENIDO: ARGUMENTO TEMA Y ESTRUCTURA
Argumento
En este pasaje de la égloga I, vemos cómo Nemoroso se queja de la muerte de su amada Elisa.
En efecto, la égloga primera suele interpretarse como una especie de biografía sentimental poetizada de Garcilaso, en concreto, de su relación con Isabel Freyre, musa de algunas de sus principales obras, aunque, contra lo que a veces se cree, no fue la única mujer a la que le dedicó sus poemas. Dudar, sin embargo de la sinceridad del dolor que aquí canta Garcilaso, es ignorar la esencia de la poesía de los siglos de oro basada en el concepto de imitación “creadora”. Por más que Garcilaso adopte el disfraz convencional de pastor que corresponde al género bucólico, es evidente que ha logrado fijar en la perfección de estos versos un dolor auténtico.
Garcilaso de la Vega se desdobla en dos personajes: en el primero, Salicio, enamorado de Galatea, encarna el despecho del enamorado que asedia a su amada y es primero rechazado y luego ve cómo se casa con otro; en el segundo, Nemoroso, se expresa el trágico dolor producido por su muerte.
Mediante un proceso de idealización, el poeta ha transformado la realidad, tal como tuvo lugar (Isabel Freyre lo rechazó, se casó con otro y murió dos años después), en una creación de arte que eterniza los sucesos y los salva de su destrucción. El sentimiento se va purificando y espiritualizando progresivamente hasta culminar, al final de esta Égloga, en la melancólica y (neoplatónica) esperanza con que sueña Nemoroso el amor eterno en el cielo. El poeta afirma su fe en una última realidad ideal, en un cielo poético por donde ella camina y en el que él espera acompañarla eternamente, a salvo para siempre de todo lo caduco.
En este fragmento que comentamos, Garcilaso establece una alegoría entre un ruiseñor que hubiera perdido su nido con sus polluelos a manos de un desalmado labrador, la muerte, que le ha arrebatado Elisa a Nemoroso.
Más precisamente, compara el poeta el canto del ruiseñor ante su tragedia absurda y el del propio poeta ante la suya. No olvidemos que el ruiseñor era un símbolo convencional del poeta en la poesía de los Siglos de Oro. En La alegoría que establece el poeta dos hechos monstruosos, dos aberraciones, han perturbado la armonía de la naturaleza.
El canto del ruiseñor, como el del poeta, intentan lástimosamente recomponer la armonía de la naturaleza transformando el dolor en trágica belleza. La lucha del hombre contra sus limitaciones, la infelicidad que lo arroja del mundo armonioso que simboliza la naturaleza idealizada se concretan en la sublimación del dolor en poesía, en búsqueda valerosa de la belleza que, asumida como esencia de la lucha por la dignidad humana, se convierte en el refugio y en la identidad del hombre frente a su destino trágico.
Tema
El lamento por la pérdida de la mujer amada comparado con un ruiseñor al que le han arrebatado las crías de su nido
Estructura
El poemas fluyen con naturalidad en tres apartados.
Primer apartado. Hasta el verso 21, inclusive. Aquí se desarrolla la comparación alegórica entre el ruiseñor y el poeta. Tiene una construcción sintética: hasta el final no vemos cuál es el sentido de la equiparación entre las circunstancias de uno y otro.
Segundo apartado. Lo formarían los cuatro versos siguientes. Podríamos decir que es el clímax del fragmento. El poeta dirige una amarga imprecación a la muerte.
El tercer apartado comprende los cuatro últimos versos y sería anticlimático, aunque en él se hallan los versos más intensos y más recordados de este pasaje. El poeta, con la poesía, se aferra al dolor hasta la muerte o hasta perder la razón: hasta dejar de ser él mismo. El arte es la expresión de la determinación del poeta de reafirmarse en su condición humana asumiendo en ella de modo irrenunciable el dolor.

viernes, 10 de mayo de 2013

comentario a APOLO Y DAFNE



SONETO XIII

A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.

De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!



Comentario: el poeta asiste con estupor a la transformación de Dafne en árbol de laurel (1º cuarteto), después observamos la metamorfosis de sus extremidades en ramas y raíces (2º cuarteto). Luego contemplamos con estupor la paradoja de que el protagonista cuanto más llora más acelera la causa de su dolor  (1º terceto). Finalmente, termina el poema con el lamento del poeta mismo que repite y subraya la paradoja  ya mencionada
(2º terceto).
            La historia es la siguiente: Eros, caprichoso, tira dos flechas. Con la de oro hiere
a Apolo y con la de hierro (odio) hiere a Dafne. Por más que insiste Apolo, Dafne lo rechaza y pide ayuda a su padre, que la convierte en árbol de laurel.
     Estamos en el Renacimiento español. Garcilaso de la Vega, a principios del s. XVI había importado los modos de hacer poesia de Italia. En concreto había traído el verso de 11 sílabas con rima consonante, que se oponía al verso popular oral de 8 sílabas. El hecho de que además fuera de rima consonante hace de su poesía una poesía de libro, para ser leída, con multitud de temas nuevos para desarrollar, los que la mitología clásica en concreto ofrecía.

lunes, 29 de abril de 2013

Comentario de ROSA FRESCA, ROSA FRESCA



Rosa fresca, Rosa fresca



¡Rosa fresca, rosa fresca,
tan garrida y con amor,
cuando yo os tuve en mis brazos,
non vos supe servir, non:
y agora que vos servía
non vos puedo yo haber, non!
- Vuestra fue la culpa, amigo,
vuestra fue, que mía non;
enviásteme una carta
con un vuestro servidor,
y, en lugar de recaudar
él dijera otra razón:
que érades casado amigo,
allá en tierras de León;
que tenéis mujer hermosa
e hijos como una flor.
- Quien vos lo dijo, señora,
non vos dijo verdad, non;
que yo nunca entré en Castilla
ni allá en tierras de León,
sino cuando era pequeño,
que non sabía de amor.



Tema: Un malentendido amoroso por traición
Métrica: un romance donde riman los pares asonantemente en o-, -o
Figuras literarias:
Repetición: rosa fresca, rosa fresca. ….no,…no,…no…no. Vuestra fue, vuestra fue
Comparación: como una flor
Metáfora: rosa fresca
Paradoja: Cuando vos tuve……no vos supe… y ahora
Hipérbaton: vuestra fue
Derivación: servir, serviría

Comentario: Un diálogo de reproches mutuos  nos va descubriendo el malentendido entre dos amantes, el cual se  ha producido por la traición de un tercero. Ese amor truncado, descubierto al final del poema, es el eje  central en el que se hace residir la emotividad del poema. El poeta prescinde del narrador y de la presentación de la escena. In medias res, sin mayores preámbulos, con esa rapidez característica de los romances el lector construye una tierna historia de amor arruinada por la venganza o la envidia.

COMENTARIO DE ALORA, LA BIEN CERCADA



    Alora, la bien cercada



Álora, la bien cercada,
tú que estás en par del río,
cercóte el Adelantado
una mañana en domingo,
de peones y hombres de armas
el campo bien guarnecido;
con la gran artillería
hecho te habían un portillo.
Viérades moros y moras
todos huir al castillo;
las moras llevaban ropa,
los moros harina y trigo,
y las moras de quince años
llevaban el oro fino,
y los moricos pequeños
llevaban la pasa y el higo.
Por cima de la muralla
su pendón llevan tendido.
Entre almena y almena
quedado se había un morico
con una ballesta armada,
y en ella puesto un cuadrillo.
En altas voces decía,
que la gente había oído:
-¡Tregua, tregua, Adelantado,
por tuyo se da el castillo!-
Alza la visera arriba,
por ver el que tal le dijo;
asestárale a la frente,
salido le ha al colodrillo.
Sacóle Pablo de rienda,
y de mano Jacobillo,
estos dos que había criado
en su casa desde chicos.
Lleváronle a los maestros
por ver si será guarido.
A las primeras palabras
el testamento les dijo.


Tema: un trágico engaño
Métrica: Se trata de un romance donde los versos pares riman asonantemente en –i, -o.
Figuras literarias.
Prosopopeya: Tú que estas en par del río
Hipérbaton: de peones y hombres de armas…..guarnecido el campo, el testamento les dijo
Paralelismo: las moras llevaban ropa..., y los moricos pequeños llevaban la pasa y el higo.
Encabalgamiento: 


Comentario personal.
               El poeta inicia el romance dirigiéndose a la ciudad de Álora para describirnos la situación en que vive en ese momento: cercada por los cristianos, que han abierto una brecha en el muro, ve como los civiles abandonan ésta con sus enseres. Un muchacho, desde una almena, consigue, a punto de entrar el adelantado en la ciudad,  llamar la atención de este, que, imprudentemente, levanta la visera del casco y permite que, traicioneramente, le clave una saeta el morico. Mortalmente herido, lo llevan al campamento, en donde muere.
               Este breve episodio, lleno de plasticidad, constituye un acierto poético acentuado por la rapidez impresionista de la descripción, el diálogo y la narración. El poeta ha sabido reducir al mínimo los detalles para quedarse con lo más significativo de la historia. La emoción que despide su recitado  se fundamenta en la concentración de contrastes que concurren. Un joven morito, que lo tiene todo perdido, y un experimentado general que se deja engañar por aquel. Lo laureles de la victoria conseguida que esperan al general se truecan en muerte aciaga. Es en este cambio de la muerte donde radica la fuerza emotiva del poema.